Desde pequeño siempre me gustaron las manualidades y las artes, pero por muchos años estuve en la búsqueda de una actividad en la cual pudiese aprender, desarrollarme, expresar mis ideas y sentimientos, por cosas de la vida pude notar el mundo de la joyería y desde entonces todo cambió para mí. 

Comencé a hacer joyas en madera y a heredar joyas de mi familia, lo cual encendió una llama de curiosidad y admiración al ver que hay objetos con historia y que perduran con el tiempo. Con mi familia comenzamos a comprar las herramientas para armar un taller y desde ahí sentí que encontré ese espacio que tanto busqué, donde he aprendido mucho sobre joyería y sobre mí, al ver este maravilloso mundo supe que debía compartirlo con las personas.